Moriteru Ueshiba, máximo exponente de la disciplina en el mundo, visita Valencia para recibir la medalla de la Universitat Politécnica.
"El objetivo del Aikido es entrenar el cuerpo y la mente".
Son palabras de Moriteru Ueshiba, III Doshu de este arte marcial, o lo que es lo mismo, el máximo responsable de una disciplina que cada vez gana más adeptos en el mundo. Su filosofía, que puede resultar abstracta para una mentalidad occidental, más empírica, se sintetiza en la importancia de mejorar como persona, de nutrirse de valores positivos como la paz, la empatía por los demás o el autocontrol. Prueba de ello es que carece del componente competitivo de otras artes marciales como el judo al no existir ranking ni competiciones regladas entre sus aficionados. Es decir no se practica para ser mejor que el rival, sino para ser mejor persona.
"Doshu", nieto del creador del Aikido, Morihei Ueshiba, ha pasado varios días en Valencia con motivo del reconocimiento que le organizó ayer la Universitat Politécnica (UPV), que le impuso la medalla honorífica de la institución coincidiendo con el vigésimo aniversario de la investidura como doctor honoris causa de su padre, Kisshomaru Ueshiba. El acto se celebró ayer, estuvo presidido por el rector Juan Juliá y contó con la participación de diferentes representantes de la Comunitat.
La explicación de porqué estrechar lazos entre una eminencia en un arte marcial y la institución valenciana, de marcado perfil técnico, corrió a cargo de Juan Bautista Peiró, responsable de Comunicación Institucional de la UPV. En su discurso hizo un paralelismo entre el Aikido y la función de la universidad, en el sentido de que esta, más allá de su carácter formativo en cuanto a contenidos y adquisición de competencias laborales, no debe olvidad su deber de formar personas. Desarrollarnos en las distintas facetas de nuestra poliédrica personalidad requiere la conjunción de algo más que unos planes de estudio. La educación y la cultura son llaves nuestras para la formación integral del ser humano, dijo.
Transmisión de valores
Una prueba de transmisión de valores de este arte marcial aportó Ezequiel Sayas, presidente de la Asociación para el Fomento del Aikido, tras destacar que lleva más de 30 años implantada en la Comunitat. De hecho, la Politécnica la ofrece dentro de su cartera de servicios deportivos. "En Japón está implantado de forma obligatoria en los colegios y se han dado cuenta de sus muchas ventajas. En uno de los viajes que hice, me comentaron el caso de dos hermanos que tenían muchos conflictos en casa, no podían convivir. Pero la práctica les hizo mucho más condescendientes respecto al otro. Esto es muy positivo, destacaba antes de considerar que sería bueno fomentar este arte marcial en los centros valencianos.
Moriteru Ueshiba destacó en su discurso los esfuerzos realizados para difundir las bondades del Aikido, lo que ha permitidi que ya sea practicado en 95 países y cuente con más de 1.500 gimnasios registrados. También tuvo palabras para su pueblo en relación a las consecuencias del terremoto y posterior tsunami que asoló su país el año pasado. Todavía mucha gente está sufriendo los daños del tsunami. Todos en Japón están trabajando para recuperarse. Además creo que la filosofía del Aikido es una manera de ayudar a la reconstrucción del país.
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