martes, 25 de enero de 2011

Cuentos chinos . . .

                         La ley del equilibrio...

     Un europeo que residía por algún tiempo en el japón a principios de siglo, decidió aprender jiu-jutsu que le parecía ser un temible método de combate. Comenzó pues a seguir los cursos de un renombrado Maestro.
     Pero cual sería su sorpresa cuando al cabo de la tercera sesión aún no había aprendido ninguna técnica de combate.
     Solamente había practicado movimientos lentos de distensión. Al finalizar la sesión, decidió ir a ver al Maestro.
     -Señor, desde que estoy aquí no he hecho nada que se parezca a ejercicios de lucha.
     -Le ruego que siente, declaró el Maestro.
      El Europeo de instaló negligentemente sobre el tatami. El Maestro se sentó frente a él.
     -¿Cuándo empezará usted a enseñarme el Jui-Jutsu?.
      El Maestro sonrió y le preguntó:
     -¿Está usted bien sentado?
     -No sé . . . ¿Hay una buena manera de sentarse?
     Por toda respuesta, el Maestro indicó con la mano la manera en la que él estaba sentado, con la espalda bien derecha, la cabeza en prolongación de la columna vertebral.
     -Pero oiga - respondió el europeo -, no he venido aquí a aprender a sentarme.
     -Lo sé - dijo pacientemente el Maestro -, lo sé. Usted quiere aprender a luchar. Pero ¿Cómo podrá luchar si no busca el equilibrio?.
     -Realmente no veo la relacción entre el hecho de sentarse y el combate.
     -Si usted no puede estar en equilibrio cuando está sentado, es decir, en la actitud más simple, ¿cómo quiere usted guardar el equilibrio en todas las circustancias de la vida, y sobre todo del combate?.
     En ese momento, acercándose a su discípulo europeo, aún perplejo, el japonés lo empujó ligeramente. El europeo vayó de espaldas. El Maestro, siempre sentado, le pidió entonces que intentara hacer lo mismo con él. El alumno empujó primero con timidez con una mano, después empujó con las dos y finalmente con el vigor de todo el cuerpo... sin conseguir nada. De repente, el Maestro se echó ligeramente a un lado y el discípulo cayó a todo lo largo hacia delante sobre el tatami.
     El Maestro anadió esbozando una sonrisa:
     Espero que comienze usted a comprender la importancia del equilibrio.

                                 El Blanco Invisible...

La frase del mes . . .

     Uno no necesita edificaciones, dinero, poder o status para practicar el Arte de la Paz. El Cielo está aquí mismo donde te encuentras parado, y ese es el lugar donde entrenar.

                         El Arte de la Paz - Moriehi Ueshiba