miércoles, 30 de octubre de 2013

El secreto de las Artes Marciales ...

Zen y las Artes Marciales

Taisen Deshimaru

     Vosotros y yo somos diferentes. ¡Si no se puede encontrar soluciones a la propia vida se llega a un callejón sin salida! Aquí y ahora, ¿cómo crear nuestra vida? Se proyecta una pelicula y se detiene, la imagen se vuelve fija, inmóvil. Las artes marciales y el Zen tienen en común la creación y la concentración de la energía. Concentrándose "aquí y ahora" y exteriorizando la verdadera energía de nuestro cuerpo, se puede observar y recargar. Cuando se abre la mano, se puede obtener todo. Si se cierra la mano, no se puede recibir nada. En las artes marciales, hay que penetrar los elementos, los fenómenos, y no pasar al lado de ellos. Las artes marciales son pues esencialmente viriles, ya que el hombre penetra a la mujer. Pero en nuestra época todo el mundo quiere economizar su energía y se vive a medias. Siempre se está inompleto. Las gentes viven a medias, tibia como el agua del baño.

     Hay que aprender a penetrar la vida.

     Así, el secreto de las artes marciales es aprender a dirigir el espíritu, Ryu Gi. Esto forma la base de las técnicas corporales. El espíritu es la sustancia, sin forma pero algunas veces tiene una forma. Cuando la actividad del espíritu llena todo el cosmos entero, este espíritu aprovecha las ocasiones, tiene una posibilidad de evitar los accidentes y puede atacar las diez mil cosas en una sola. Esto significa que, durante un combate nuestro espíritu no debe ser influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna de las acciones de su cuerpo y de su espíritu. Nuestro espíritu debe dirigirse libremente, no tener la esperanza de atacar al adversario, ni dejar de prestarle atención. Se debe estar completamente atento de instante a instante.

     En nuestra vida cotidiana es lo mismo. Algunas personas sólo piensan en el dinero, ya que este permite satisfacer todo. Ahora bien, por él, pierden su honor. Otros solamente quieren honores y pierden su dinero y su energía. "Pero nuestra dicha no existe de un solo lado".
 
     Demenos crear nuestra vida, volvernos libres, despegados, sólamente atentos al aquí y ahora: todo se encuentra aquí.

     "El reflejo de la luna en el rio está siempre en movimiento. Sin embargo, la luna existe y no se va de ahí". Se queda pero se mueve. Es un poema muy corto sobre el secreto del Zen y las artes marciales, y un gran koan. La corriente del agua no vuelve nunca hacia atrás. El agua pasa, pasa... pero la luna no se mueve. Durante un combate, el espíritu tiene que ser como la luna, pero el tiempo y el cuerpo pasan, pasan como la corriente. El instante presente no vuelve nunca jamás. Durante zazen, cada una de nuestras inspiraciones y expiraciones es la de ahora, y no vuelve nunca. Es posible rechazar la respiración, pero la de ahora no es la de antes. La respiración de después no es nunca como la de antes. Ayer era ayer. Hoy es hoy. Es diferente. Yo digo siempre que debemos concentrarnos "aquí y ahora", crear "aquí y ahora". De esta manera, uno puede volverse "fresco", nuevo.
 
     El zazen de hoy no es el mismo que el de ayer. El zazen debe ser siempre "fresco", "aquí y ahora". No debeis relajaros durante zazen, ni durante el entrenamiento de las artes marciales. Hacerlo a medias no es bueno. Hay que hacerlo hasta el fondo, darse totalmente. No debemos retener restos de energías. Concentrarse significa la salida completa, la descarga total de la energía. Esto debe encontrarse en cada uno de los actos de nuestra vida.
 
     En el mundo moderno, vemos todo lo contrario: los jóvenes viven a medias y están muertos a medias, tienen una sexualidad incompleta. Y durante su trabajo ó zazen piensan en el sexo, e inversamente: así sucede en todos los actos de la vida.

     Pero si se descarga totalmente la energía, se puede absorver energía fresca que fluye como la corriente al agua.

     Durante el combate, si se economiza un resto de energia, no se puede ganar. No debemos depender de los wasa, de la técnica. Hay que crear. Si un hombre rico da dinero a su hijo, éste no aprende a ganarlo. E, inversamente, el hijo de un hombre pobre sabrá crear el método para procurárselo. Las artes marciales no son un teatro ni un espectáculo. Esto no es el verdadero Budo. El secreto de las artes marciales decía siempre Kodo Sawaki, es que no hay victoria ni derrota. ¡No se puede vencer ni ser vencido! El deporte y las artes marciales son diferentes. En el deporte, hay tiempo. En las artes marciales no hay más que el instante. Por ejemplo en el basseball, el "bateador" espera la pelota, existe el tiempo: la acción no se produce en el instante. Lo mismo sucede en el tenis, en el rugby, en el futbol, en todos los demás deportes. ¡El tiempo pasa y permite pensar en algo durante un pequeño momento mientras que se espera! En las artes marciales no está el tiempo de espera. La victoria y la no-victoria, la vida y la no-vida, se deciden en un instante. Hay que vivir en el instante: aquí es donde la vida y la muerte se deciden totalmente.

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